Presencia de Dominique Guyomard, Psicoanalista de la Societé de Psychanalyse Freudienne (Paris).

Dominique Guyomard, psicoanalista francesa, colaboradora del Programa de Estudios Psicoanalíticos Clínica y Cultura de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, ha fallecido hace algunos días y hoy nos preguntamos ¿Es posible una transmisión de lo femenino? Es una transmisión efímera, un efecto de madre. A la hora de despedirla y pensar en su transmisión recordamos su calidez y sus efímeras visitas a Chile. Intensas y breves, pero que marcan el trabajo de quienes escribimos estas líneas de agradecimiento. La transferencia sostiene el trabajo analítico y nuestra posibilidad de trabajo es en transferencia con otros, que nos enseñan y nos transmiten desde su propio hacer. Dominique, generosa con esa transmisión -y es que para ella la transmisión implicaba un compromiso- estaba interesada en conocernos, interesada en la historia de nuestro país, en escucharnos y en nuestro trabajo.

Dominique nos invita a entrar en el problema de lo maternal, en la cuestión del objeto madre. Traza un trayecto de lo maternal en lo femenino, interrogando la posibilidad de que lo maternal tenga lugar en una mujer que deviene madre. Precisiones teóricas que van tomando cuerpo en las resonancias del trabajo clínico, su pensamiento es pensamiento clínico. Su escritura nos permite encontrar algo de claridad para entender los nebulosos tiempos primeros, tiempos de un pulsional arcaico que exige una satisfacción total, tiempos intensos en que lo erótico aún no se separa de lo autoconservativo.

A partir de su trabajo, sustentado por largos años de experiencia clínica con niños/as y adultos/as, sabemos que la transmisión, ya sea de lo femenino – temática de la cual ella se ocupó profundamente- o de cualquier condición humanizante para un sujeto, no tiene lugar sin una elaboración psíquica que contemple la memoria del vínculo al Otro primordial: memoria que se inscribe como tal en tanto el goce de lo materno es efímero, narcisizante y da lugar a la creación de la alteridad. Para ella tal alteridad no sólo concierne al otro sexo, sino que además marca un lugar donde la diferencia hace posible el reconocimiento mutuo y al mismo tiempo el saberse sujeto con un deseo singular.

Dominique ha partido dejándonos algo, a quienes compartimos con ella la clínica y su trabajo desde un poco más de cerca; es por un lado doloroso, la persona, la psicoanalista ya no va a estar presencialmente con nosotros. Pero tenemos su transmisión y su esfuerzo -a través de su trabajo clínico e investigativo- en avanzar por la pregunta sobre la transmisión de lo femenino; llegando a lugares a lo mejor áridos, difíciles de poner en palabras, pero que a través de su escritura fueron posibles de ser traducido. Dominique se dispuso escuchar y a investigar a partir de un pensamiento creativo, acompañar a otros y otras y llevarlos a lugares quizá inquietantes, lugares prehistóricos, olvidados y a la vez determinantes para un sujeto. Esto a través de un tiempo que pierde cronología y que va a tejer, a "zurcir" en transferencia delicados puntos del tejido, agujeros femeninos de la trama de la "tela" que son precisos de sostener y de reconstruir para vivir una feminidad posible, transmisible. Hay cuestiones que se transmiten y que quedan en el cuerpo, que pueden no terminar de representarse, pero que sabemos, se traspasan desde una madre a una hija, desde lo femenino a lo femenino.

Es esta la marca de su trayectoria, el deseo de escribir, metaforizar, compartir a quien deseara escuchar su experiencia clínica singular. Experiencia que le permitió preguntarse sobre aquellas zonas o "continentes oscuros" que, desde las lógicas que dan primacía al eje falo-significante, no tienen espacio-tiempo para Otros modos de simbolización. Las huellas de su transmisión, nos permiten pensar que su pregunta por lo femenino no concierne únicamente a las mujeres en su devenir como sujeto, sino que además a toda una cultura -hombres , mujeres, niños, niñas, ancianos, ancianas, heteros, trans, homosexuales, estudiantes, trabajadores, madres, padres, etc- amenazada constantemente por diversas formas de malestar, exclusión y violencia; ahí donde singularidad y universalidad (especialmente de los valores y derechos humanos esenciales) sufren los efectos de una sociedad donde lo ético es amenazado con desaparecer.

Una ética humanizante, sustentada en la transferencia, es sin lugar a dudas un legado que Dominique nos entregó amablemente en cada uno de los espacios en los cuales tuvimos la fortuna de compartir. Recordemos... El año 2005 Dominique inaugura un lazo de trabajo con la Universidad de Chile con el curso 'La transmisión de lo femenino entre madre e hija' organizado por la Facultad de Ciencias Sociales y el Centro Interdisciplinario de Estudios de Género. El año 2011 Dominique comparte su pensamiento clínico en el II Coloquio chileno francés de Psicoanálisis sobre 'Políticas del malestar y prácticas contemporáneas' y en el año 2013 en el Coloquio 'El trabajo con los padres en la clínica con niños y adolescentes', encuentros organizados por el Programa de Estudios Psicoanalíticos Clínica y Cultura. Roberto Aceituno, director del Programa, edita e introduce el libro de Dominique 'Nace una madre. Del vínculo a la relación'. (2013). Tenemos acá un trozo de la historia que cuenta el trabajo que Dominique compartió y construyó acerca de lo inaprehensible, pero no por ello intransmisible, del devenir de la feminidad.

Ángela Cifuentes Astete
Marta González Bardelli
Trinidad Quinteros Cruz
Paula Riquelme Portales

 

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